28/3/09

HUERTO

Antes fantaseaba con lograr un
hermosísimo huerto de letras,
uno que fuera la envidia de los mirones del barrio.

Sucedería que esos correveidiles irían por ahí

hablando de mi pulcro vergel...

Publicidad gratis -pensaba yo-


De esa forma todos se presentarían a preguntar
como demontres tengo así mi pequeño edén.

Y les cobraría,

y ellos contribuirían con gruesos talegos
por una cosa así.

Imaginaba alcanzar a cultivar una torre
de términos,

como endibias, en ese espacio.

Un fanal de referencia
para todos los cultivadores del cosmos.

Suponía poca cosa consumar la ilusión
del oasis...
y la de cultivar ahí mensajes como alcauciles.


No parecía que los mirones se fijaran
en cosas más terrenales,
como el valor de los boniatos y eso,
pero eso pasó...


Puede ser que haya elegido mal
el terreno para el huerto,
sobreapreciado mi capacidad en el arte
del abono de la tierra y el sembrado de palabras...
o juzgado igual de mal a los chismosos
... y a los amos de los caudales.