31/7/09

MUJER PROPIEDAD PRIVADA

Cosa rara esto de la propiedad privada no?


Bien se sabe que es ley mundial que cada uno de nosotros puede hacer lo que quiera con lo que lleva nuestra firma estampada, con lo que de una u otra forma nos supimos conseguir... Y está bien, de cierto modo, que así sea. Podemos hacer lo que queramos con nuestro auto, con el tv veinte pulgadas y con el perro que nos costó cien pesos... podemos prenderle fuego al carro ese cuando a la mañana no arranca, pegarle un sillazo a la tele cuando nos cansa tinelli o patear con furia al perro cuando le ladra a la morocha de la otra cuadra. Podemos porque son nuestras cosas y no hay nada que nadie pueda hacer para impedírnoslo.
Lo mismo pasa cuando, ya sea por cualidades propias, agudeza de ingenio o herencias varias, se nos da por acumular cosas aunque sea con poco sentido común. No podremos usar en varias vidas los millones de pesos que podemos amontonar, ni vivir en más que una o dos casas de las cincuenta que podemos llegar a tener en varias ciudades... pero así es siempre con lo de la acumulación de "nuestras” propiedades. E insisto con esto: hasta capaz que esté bien que así sea…

Salvo cuando llega el abuso, y nos creemos que hasta las personas nos pertenecen.

Eso es el súmmum de esa idiotez de la “propiedad privada”

Hay quienes creen que sus hijos son “sus” hijos y los golpean, abandonan, maleducan y violan como si fueran “su propiedad privada” y creen que por eso pueden hacer con ellos lo mismo que con su trapo para el piso.

Hay quienes hacen lo mismo con los ancianos, con los enfermos, con los incapacitados… abandonándolos como cuando dejan en el galpón del fondo una heladera vieja que ya no enfría…..y ya no les sirve.

Propiedad Privada… algunos van más lejos y aseguran que también sus esposas y/o parejas lo son.

Ese rótulo de: “Mi mujer” es un estigma hasta peligroso, y a algunos les hace creer que pueden hacerle lo que quieran a una mujer solo porque aceptó ser “De” uno.

Tal vez llegó el tiempo de reeducar al hombre en ese sentido de “propiedad privada”.

Solo teniendo bien claro que las épocas de vejaciones, sometimientos, aberraciones y torturas matrimoniales y "extra-matrimoniales" dejaron paso, hace rato ya, a nuevos tiempos de libertad, digo, solo teniendo esto en claro dejaremos de presenciar maltratos. abusos y asesinatos como los que por éstos tiempos se vieron en ésta y en otras diversas ciudades.

30/7/09

SOLO UN SUEÑO



Un sueño yo tuve
soñé que llegabas
de aquel largo viaje
que nos separara.
Con tu risa suelta
de libertad nueva,
desatando esperas
que aún me encadenan.
Trayendo en tus manos
aquellas caricias
que habían quedado
solo suspendidas.
Feliz desperté
aquella mañana
después de aquel sueño
que de ti me hablaba.
En vano supuse
los días siguientes
que todo era cierto,
que tú volverías.
Y pasé mi vida
viviendo de un sueño.
Sabiendo además:
de tu corazón
ya no soy su dueño.


25/7/09

TUS CAMINOS

Amo los caminos que conducen de ti a ti misma,

... como el que va de tu boca a tus hombros.

Amo el camino que recorre la aventura
entre tus hombros y tus pies.

Amo el camino del anverso,
que sigue las líneas del sol,
con escarpas, remanso, y posada.

Los ecos cruzados... la agitación,

las cadenas desatadas y los riesgos ignorados.

Amo recorrer ese camino a la hora de la siesta,
sin que lo pensemos mucho... intensamente.

Amo detenerme en tu oscuro y tibio remanso
... y beber de tu miel.

Tu camino del reverso amo,
el que ofrece llanuras y sombras.
Con escarpas también... y remanso.
Con un atajo casi escondido...
Amo tomar ese atajo, y no apurarme.

Amo detenerme en tus posadas,
y estar allí, sin detenerme, y morirme allí.


Amo los caminos que van
desde tu boca a tus hombros,
los que me llevan a esos otros caminos tuyos...

Los que recorren tu cuerpo...
desde tus hombros... a tus pies.

22/7/09

Experiencias de un Poeta (Fragmento)

...

De ninguna manera puede decir que esperaba lo que le iba a pasar. Su vida era, siempre lo había sido, de lo más aburrida y predecible. Aunque se él las daba de excéntrico y original, no lo era, o lo era en naderías. Lo cierto es que un buen día ciertas cosas suyas pasaron de estables y pasivas a tumultuosas y atrevidas. Y lo sorprendieron. ¡Cómo para que no!... si ya hacía rato que no era un adolescente. Pisaba los cuarenta y en su físico aparentaba algunos más. Solo lo salvaba su buen humor y el ingenio soez al hallar respuesta a todo. Lo cierto es que de repente se encontró a sí mismo en la pieza siete del hotelucho del pueblo recorriendo con su desacostumbrada lengua los rincones más escondidos de Zirday, una veinteañera conocida por él desde hacía varios años pero con la que por nada se le había ocurrido enredarse. Pero ese era un hecho, y sonriendo de puro placer, mientras la joven mujercita le mordisqueaba la pija con dulces y breves movimientos, trataba de entender por que raro sortilegio la vida le regalaba estos minutos de algo que ya no esperaba.

...

18/7/09

DESAHOGO

Mucho ruido.
Los fuegos artificiales retumban en los espacios
vacíos de historias y neuronas.
Y las indecisiones a la orden del día,
en mi vida y en algunas otras.

No hay aromas ni otras exhalaciones.
Solo unas cuantas gotas de sudor
de vez en cuando.

Y sigue habiendo mucho ruido,
demasiado.
Es que los engranes de la vida
van chirriando
entre aceros y mordidas.
Como para irse desahogando
Por tantas mezquindades.

Ya no hay llanto
que no haya sido indebidamente
cobrado,
y con creces

No enorgullece
pero permite morir a la par
del pobre alto ego.
Permite sonreír
de medio lado.
Nos deja desahogarnos,
ya lo dije...

UNA NOCHE... RAQUEL




Regresé anoche, aún malherido de amores, al famoso pub “El Doce”. Y lo hice después de un par de meses de vida sedentaria. Volví por pedido expreso de ir a ver actuar a un grupo de ruidosos amigos... mitad músicos y mitad batifonderos, diría nada más que como dato, pero bueno, por cierta prolongada y sincera amistad, allá fui. El desánimo por haber aceptado el acompañamiento quedó disuelto de entrada nomás ya que al intentar abonar mi correspondiente pase el guardapuerta de ninguna manera me quiso aceptar retribución alguna. –Como bienvenida, -dijo-. Lo que me hizo pensar en algo así como el hijo pródigo que retorna. Nada menos.
Seguro que por lo deshabituado fueron transcurriendo lentos, y sin mucho alboroto, el recital y la noche. Conmigo en un rincón solitario, apoyado en la barra entre copas, cigarrillos, el ir y venir del "barman" y el presentido recital de mis amigos. Todo olvidable, hasta que durante un breve silencio, desde el incómodo escenario, al Número Uno se le ocurre decir no sé qué de mí e invitarme a subir a escena. Cosa que, con algo de mala gana hice nomás, pues no era cuestión de desairar a un buen amigo. El intrépido no tardó un segundo en pedirme que cante o recite algo. Yo hubiese preferido que me mande desaparecer, pero... ya estaba allí, ¿qué iba a hacer? Una leve inclinación a modo de saludo hacia el público y un breve intercambio de palabras con los cuatro instrumentistas puso todo a punto de acompañar a mi desentonada voz y a los sonidos que mis dedos pudieran sacarle a ese prestado piano. Después de berrear las cuatro o cinco rebuscadas poesías hubo bastante palmoteo, aunque no hubiese tenido porqué haberlos. Mi actuación no fue de las mejores, un poco por el güisqui y el resto por propia ineptitud. Pero a esa altura de la noche, pensé, a quién le importa el virtuosismo mientras les haya sonado agradable. Y creo que así fue, a juzgar por los suaves asentimientos que alcancé a ver mientras ejecutaba, en el peor sentido, tan dulces versos.
El levantarme, agradecer con una sonrisa a los músicos y con un breve “gracias” a la gente que en lo global de esa desenfrenada fiesta ni siquiera oyó bien de qué se trataba, fue un solo movimiento. Salvo uno o dos amigos, casi irreconocibles por la tenue luz que alcanzaron a palmear mi hombro cuando pasé rápidamente entre ellos, nadie me saludó. Ir hasta la barra y pedir otro "on the rocks", fue también un solo movimiento. Todo así se mantuvo hasta que el tintinear del hielo en la soledad del vaso me alertó que, o el mismo perdía por algún invisible agujeruelo o dicho ardiente líquido yacía en mi estómago. Hecho que era como para ponerse a pensar pues ya iban tres y en compañía de vaya a saber que cantidad de cigarrillos... Y fue a través del humo de esos venenosos cilindros que la vi a ella acercándose... Primero pensé que casualmente elegía ese lugar para abastecerse de algún bebible, pero no, resuelta me miró a los ojos y me habló así:
-Estuvo buena tu breve actuación poeta, y ya que no he visto casi adhesión a tu buena voluntad de recitar para estos sordos, he decidido no solo pensarlo sino también decirlo. Es por eso que estoy acá, y desde luego para que compartamos una copa... la mía, porque veo que la tuya ya fue-
Allí nomás pensé: -Vaya ¡qué mujer!-, mientras hacía una seña al andarín joven de la barra para que diera nueva vida a mi agujereado vaso y al que ella traía en su mano.
Agradezco tu elogio, -le dije-, es algo bueno para la que suponía una mala noche.
-Mi nombre es Raquel, -dijo-, y ninguna noche es mala si uno sabe esperar, ¿oís, por ejemplo, esa música lenta?, es una buena ocasión para bailar, vení, bailemos-.
Su mano tibia tomó la mía y con decisión me llevó a una poblada pista de baile.
Lo que sucedió desde ese momento trataré de describir: Su cintura entre mis manos y sus manos en mis hombros, su pelo rubio que se mecía suavemente como un pequeño jardín de girasoles. Sus ojos color cielo posados en los míos hiriéndolos con una mirada pura, inolvidable. Su rostro blanquísimo reflejando su natural belleza. Y el perfume de su piel, ese maravilloso aroma que terminó extasiando a mis sentidos he hizo que me entregara a sus brazos, a sus movimientos. Y sus labios, sus labios susurrando en mis oídos, sus labios, rozando primero los míos y luego uniéndose a ellos en un soñado y dulcísimo beso, un beso único, para esa ocasión única.
En algún momento entre todo eso que estaba pasando me dijo sonriendo: -vamos a descansar-. Y su mano, ahora en mi espalda, me guió entre la gente hacia el rincón aquel de la barra. Al llegar, ya no estaba conmigo, y al girar tampoco la vi entre la gente. Esperé casi sin moverme, no sé cuanto tiempo, solo sé que despertaron mis sentidos cuando oí el saludo final de mis amigos músicos. Y me hallé otra vez acodado en la lustrosa y dura madera.
Al lado de mi siempre vacía copa estaba la suya, también vacía.

15/7/09

Recuerdos

Un dulzón aroma a madreselvas
envuelve mi cuarto solitario
en este diciembre inesperado.
... No siento ajeno ese efluvio:
Recuerdo de patios del pasado.
...Ayer... ni remoto ni olvidado.

Todo, dice Borges, se repite,
por no se que reglas misteriosas.
Habrán sido otras madreselvas,
otros cuartos y otros diciembres,
más la esencia de todo... es la misma.

En la vieja casa de la Plaza
como en la pensión del Cruce Alberdi
se han tejido, igual que en este cuarto,
enormes recuerdos perdurables.

Pasaron amores generosos,
y pasaron cosas sin piedad...
pasaron cigarros y cervezas,
pasaron murgas y rock and roll.

Pasaron y regresan... insisto,
-quizás lo hago como consuelo-
esas ocasiones ya pasadas
envueltas aquí, yo así aprecio...
de un dulzón aroma a madreselvas

........................................................del libro "Entre Piedras"

12/7/09

LIBRO DE INSTRUCCIONES

“Basta que un libro sea posible

para que exista”

Borges



Ciento veinte mil volúmenes devoró el incendio en la biblioteca de Constantinopla allá por el siglo V de nuestra era. Ochocientos mil fueron quemados en la biblioteca de Alejandría en el año seiscientos cuarenta. Digamos entonces que casi un millón de libros se destruyeron sin más ni más en el transcurso de un par de siglos.

Consta que no se destruyeron todos los libros, y eso indica que aquellos cuya trama resultó ilesa son los que de cierta manera influyeron en muchos otros escritos posteriores. O sea, en esos que han actuado después de mucha adaptación y transformación incluso hasta en este mismo relato… Pero la cuestión central que impulsa esta reflexión es la cantidad de libros que sí resultaron quemados.

Teniendo en cuenta que esos ejemplares eran únicos y se perdieron para siempre, me produce algún desconcierto pensar que alguno de ellos pudo haber cambiado el curso de la historia. Si es que resulta válido creer que la trama de un libro, o de varios, puede cambiar el conjunto de hechos por suceder. Pero este tampoco es un tema para tratar ahora. Puedo sí sospechar, en cambio, que existió un libro con ese poder y se quemó aquella vez, hace como mil quinientos años, o más. No hubo después otro como ese, ni el más leído. Tal vez porque todos los demás fueron escritos por comerciantes y aquel fue creado por el dueño de todo. Y porque fue el primero. Podría agregar que seguramente fue escrito durante el día de más trabajo.

Yo imagino que sus letras se parecían a pequeños dibujos y estaban agrupadas. Cada grupo de esas letras-dibujos ocupaba una superficie más pequeña que esta página y estaban dentro de un rectángulo. Cada uno de ellos era indicador de algo y estaba referido a cada uno de los temas principales. Los rectángulos estaban relacionados entre sí hasta la cantidad de siete. Esos siete juntos formaban un mensaje. Había (no me pregunten como lo sé) setenta mensajes. No puedo, quizás ningún lector-escritor podría hoy, traducir nada de esos mensajes.

Estoy convencido que aquellos mensajes en aquel libro, contenían el verdadero sentido de todo. También estoy convencido que nadie que lo leyó en aquel tiempo lo entendió en realidad. De haberlo alguien comprendido antaño, sabríamos hoy aprovechar bien las virtudes que el fabricante nos brinda con sus productos.

Pero como todos creemos saberlo todo… raramente leemos bien un libro de instrucciones, aunque éste nos dé lecciones nada menos que sobre el uso del mundo mismo.


..

11/7/09

Pronombres


Tú y yo son cosas personales.


Que yo soy tuyo y tú eres mía,
son asuntos posesivos.

Estas cosas, y aquellas, suceden,
y son demostrativas...

Aunque te digo que es relativo...

¿Qué? –interrogas.

¡Cómo! –exclamativa gritas
cuando te contesto lo que sabes indefinido :

Que algo es invariable
como muchas cosas son... variables.

..Le escribí hace unos años esta casi-poesía a una amiga que la usó para trampear en una evaluación de Lengua y Literatura en el secundario nocturno.

..

7/7/09

Amores

Te sorprende
...

Los amores ardientes
increíbles
los más peligrosos
y para siempre recordables,
son baratos, casi siempre.
...
Los que cuestan son interminables
tibios
tiernos,
hasta divertidos,
También inolvidables,
pero dolorosos.
...
No sé,
concluyo...
que yo de amores sé muy poco.
...

5/7/09

HABLANDO DE TRABAJAR DE LO QUE A UNO LE GUSTA

De las tantas ocupaciones existentes en este roto mundo tiene uno que ser muy mal ligador para caer en la más fastidiosa, pero, así suele ser en casi todos los casos. Y como muestra de eso hay varios botones: Se sabe de la situación en que alguien termina siendo vendedor de pescados cuando lo que quisiera en realidad es ser uno de esos intrépidos pescadores de botecito en el ancho mar, o la de quien acaba de cajero en un banco cuando la meta era tocar rocanrroles hasta morir. Y ni hablar de los casos en el que muchos amigos ven pasar su vida escribiendo memorandos, balances y remitos cuando alguna vez juraron dedicar su vida a recorrer latinoamérica ayudando a los nativos y combatiendo al invasor.
Igual de perdidos por la inhabilidad de saber elegir bien, están quienes intentaron ser grandes influyentes en el pensamiento de la sociedad, pero como ni siquiera tienen imaginación, apenas acabaron conduciendo un desolador programa de radio o escribiendo una penosa columna en un diario de pueblo.
Que de los quehaceres divertidos siempre sea otro el que se encargue no es nuevo, por eso es que hay quién mira con envidia al instructor de gimnasia a domicilio que visita todas las mañanas a las nueve a la morocha que vive en el cientocuatro de la calle Borges y con rabia al que se hizo rico vendiendo maní azucarado en la parada de la plaza central.
Tal vez se deba, este desencuentro ocupacional, a que de las actividades desanimadas, mal pagadas y cansadoras no es tan difícil hacerse, o que nos hagan, cargo. Y no hay que romperse tanto la cabeza pensando. Es más fácil ser tornero, kiosquero o repartidor de pizzas que azafatas o pilotos de aviones que viajan al caribe. Es fácil escribir cosas como estas pero no lo es tanto convertirse en escritores de libros como los de Ingenieros o constructores de edificios en el mar y de cuarenta pisos.

2/7/09

EL ROBO

La situación se estaba volviendo aburrida y monótona, y para colmo ya no quedaba ni una moneda de la última ratería. Tenía que hacer algo de forma urgente. Los muchachos se estaban impacientando... es imposible sobrellevar las tardes en esta aburrida ciudad sin fasos ni cervezas.
El hecho fue entonces casi improvisado. Planeado sin muchas ganas. Un poco por la sequía y otro poco por confiados, confiados en la aparente pachorra de los pueblerinos encargados de la ley.
Lo calculado era sorprender a los cajeros del mini casino local, actuando como cualquier cliente normal, encañonarlos con un par de fierros, arrebatarle cuanta plata fuese posible he irnos como vinimos, en silencio y silbando bajito. Todo fue más o menos bien hasta que un "tero" con aptitud de héroe, en un flash, sacó su pistolón cromado y le metió una bala al Oreja en las costillas, obviamente, entre el Fuji y yo tuvimos que volarle las plumas al "tero" héroe. Y ahí acabó toda la fiesta y se vino la noche. Al desplumado lo emuló el otro "tero" y la refriega se multiplicó. Por esas cosas del azar ni el Fuji ni yo resultamos agujereados en el entrecruce de plomos y el "tero" ayudante ligó un par de caricias que lo obligaron a huir en vuelo rasante. Con los "volantes" que alcanzamos a manotear, y arrastrando al Oreja, levantamos vuelo como pudimos. Lo calculado era perdernos caminando entre la gente pero la balacera animó el avispero y ya no eran posibles los disimulos. Abordamos un taxi de conductor desprevenido y ahí sí, nos alejamos del referido embrollo. El resto no quiero ni recordarlo, al tachero ninguno de nosotros quiso ponerle un broche, nos bajamos cerca del aguantadero y lo dejamos ir. Estaba todo mal y eso no tenía porque ser distinto. El conductor vuelto a nacer llamó a la yuta. El cerco se achicó. Nos atrincheramos en el aburrido vecindario mientras pudimos hasta que no me quedó otra que ordenar el desbande, el sálvese el que pueda.
El Fuji, gracias a la agilidad de sus veintidós años, todavía está huyendo por vaya a saber que callecitas oscuras. El Oreja se desangró hasta quedar más idiota de lo que era y hoy está en un loquero cerca de Rosario y yo estoy viviendo sin quejas mis vacaciones en "canadá"
Aprendí la lección: Por más que te falten los fasos y la cerveza no subestimes a los aparentemente pachorrientos pueblerinos.
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