1/11/09

Duelen

Duelen las manos.
Los dedos como entumecidos
casi ni dejan dormir bien.

Acarician, eso sí,
también aprietan o excavan si es necesario,
e igual que siempre, agarran con fuerza
la pala o el martillo, según el caso.
Pero duelen, no dejan de doler.

Toman firmes el volante de mi porsche
cuentan billetes de diez hasta seiscientos mil,
y mandan por día cien mensajes de texto,
pero duelen, no dejan de doler.
Los dedos como entumecidos
casi ni dejan dormir bien.

Duelen las manos,
los dedos se acalambran,
y duelen...
duelen de estar tanto sin escribir.