las manos están cansadas... demasiado.
darle duro a la vida para que deje caer un pequeño bocado, cansa.
tal vez a nadie le importe,
están llenos estos caminos de gente con manos cansadas.
y para peor no hay descanso a la vista,
falta rato según parece.
solo queda entonces seguir dale que dale,
tum, tum, tum, sin parar,
hasta mandar abajo la pared
o llegar al mar.
apenas hay unos pocos tragos frescos para aliviar,
y una sombras ralas al pasar.