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Va mi cadáver viejo, último,
yéndose poco a poco,
desvaneciéndose bajo el sol y las sombras
que se suceden.
De tierra y agua estoy hecho,
y de un poco de aire.
Percibo como se escapa el pequeño espacio
que antes ocupé.
Oigo irse a mi suspiro,
tan viejo de ir y venir por casi nada.
Veo borrarse la que creí mi mejor composición,
y también la que hice por encargo.
Me descubro yéndome a pedazos, con el viento,
sin retorno ya con esta forma.
No soy alguien que estaba hecho solo de aire,
como algunos,
ni únicamente de tierra y piedras, como otros…
o de solo agua, por más de acuario que sea.
Estaba hecho con un poco de todo...
más bien con poco de todo.
Y así se va rehaciendo mi cuerpo nuevo,
con algo, con poco, con casi nada.
Como el de muchos otros por suerte,
de tierra se rehace, de aire, agua,
y muchas palabras amasadas.
¿Para qué más?...
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