Va mi cadáver viejo, último,
yéndose poco a poco,
desvaneciéndose bajo el sol y las sombras
que se suceden.
De tierra y agua estoy hecho,
y de un poco de aire.
Percibo como se escapa el pequeño espacio
que ocupé.
Oigo irse a mi suspiro viejo
de ir y venir por nada.
Veo borrarse la que creí mi mejor composición,
y la que hice por encargo.
Descubro irme poco a poco con el viento,
sin retorno ya con esta forma.
No soy alguien hecho todo de aire, como algunos.
Ni todo de tierra, como otros,
o de agua solamente, por más acuariano que sea.
Estoy hecho con un poco de todo,
con poco de todo.
Y así se va haciendo mi cuerpo nuevo,
con algo, con poco, con casi nada.
Como el de muchos otros, por suerte,
de tierra, aire, agua,
y palabras.
¿Para qué más?...