El tiempo pasa más rápido que de costumbre,
parece.
Las luces y sombras se van de mi punto
así como florecen.
A las palabras cuesta atraparlas
en este mugroso poema.
El método se derrumba y se levanta
por mi desempeño.
Las peroratas sugestivas fluyen
en mi cabeza, y en mi boca, pero poco.
El desarreglo se dilata.
Nunca se ve nada claro en estos asuntillos.
Tengo que brindarme más,
pero no es fácil.
Los ruegos de uso más profuso,
en estas cuestiones son... bueno, ya saben,
los de todos en estos casos.
Los mismos de siempre.
Pero no me verán a mí
en inútiles súplicas de entrecasa,
ni de las otras.
Si no va, no va.
A otra cosa...