Escribo poesía
cada vez que me afeito el bigote,
y escribo sobre mi bigote.
Eso da lo mismo que decir
que escribo cada vez que algo me cansa,
y escribo sobre lo que me cansa.
Así es como escribo
sobre los perros vagabundos
y de las veredas rotas de mi barrio,
o de los abusivos avisos comerciales de la TV
Escribo sobre mi trabajo de escribir,
sobre las flores de mi jardín
y de los ajenos campos llenos de oro.
En ocasiones escribo sobre los demás,
sobre algunos nomás, aunque a veces generalizo.
Escribo del reloj y de las tardes,
de los domingos y de los centros de compras.
De tanto en tanto escribo de mí,
y de mi idiotez
Y del presidente escribo, y sus cuarenta ladrones.
Y del fútbol y los periodistas de radio.
De las biromes que se pierden.
Y de los almanaques y de los diarios del día.
Escribo pensando en los puntos necesarios,
en las comas y todo eso.
Escribo sobre muchas otras cosas...
y sobre mi bigote, cuando me cansa.
3 comentarios:
Gracias por tu visita y tus bonitas palabras...
Un beso de otra argentina pero de este lado del charco.
Este poema me encanta, Javier. Me parece, además, muy original. Es aparentemente sencillo y, sin embargo, es mucho más complicado de lo que parece el contenido.
¡Enhorabuena!
¿Sabes?, en cuanto a estructura, tu blog me recuerda mucho al mío, aunque tenga otro color.
Abrazo
Ángeles
Sí, puede ser Ángeles, lo de mucho color es porque así me gusta la literatura, colorida y nada formal... a la única que le acepto poco color en el blog es a Lena... jajaja saludos
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