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A diferencia de los delfines del amazonas,
que aún en aguas turbias
saben para donde tienen que ir
a cazar,
a buscar finales y principios
o a pasear al sol simplemente,
yo no tengo ni la menor idea
del camino a seguir en esta vida.
Y me mantengo donde estoy,
apenas sobreviviendo.
Echando culpas a las pirañas
por mi falta de valor en estas aguas.
Alguna vez me asomé al mar,
tan atractivo
y acogedor
que se ofreció, tibio, a cambiar mi destino.
Pero yo soy de hacer líos
y dejé el mar
el majestuoso río,
y me volví a la triste ciudad del campo
aburrido
...
y eso que amo los delfines,
al mar
a los ríos
y al los cambios de destinos.
.
6 comentarios:
Yo también, Javi.
Tienen las decisiones en sus manos.
Son libres.
Precioso poema el de hoy.
Un beso!
MUY BUENO...como vos decis...te gusta el mar pero elegis la ciudad en el campo pues esta bien...
No me molesta que entres en mi blog.Todos son bienvenidos...
Hola Javier...
Estoy de acuerdo con tus afirmaciones, para mi no hay expreción gráfica más hermosa de la libertad, que un delfin saltando en el mar. Amo los rios y el mar, pero vivo en la ciudad...
Me pregunto:Los amo ó los extraño... Buen poema, amigo¡¡
Un abrazo
Osvaldo
Que bonito Javi.
Y que bien enlazas cada una de las palabras, haciendolas llegar hasta el fondo del corazon.
Yo no soy delfin, tengo mi gps interno totalmente arruinado pero sigo nadando... sigo buscando el destino me me merezco.
Besos desde mi alma que sigue pa bajo por tanto atraso jajajaja
Me has contado la tragedia del Sireno... Atrapado, entre dos mundos por amor.
Buen blog.
Un saludo.
Hace muy poco le decía a alguien que no puedo ser flotador de nadie, que bastante tengo con sujetarme a mi misma...
No tengo tampoco ni idea de hacia donde debo encaminar mis pasos... el camino correcto... ¿Quién sabe...?
Un beso, amigo. Seguiré a los delfines por el mar y a los gatos por tierra.
Natacha.
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