A veces me encuentro con el Gordo
que invariablemente me pregunta
para cuando va a estar listo lo de él...
y me dice que ya no puede esperar
para verse convertido en el héroe que fue.
Me reprocha cierta pachorra con su caso.
Algo de razón tiene, pero no se lo digo,
más bien le miento diciéndole que estoy
trabajando una monografía sobre Hugo Wast.
Además no le quiero decir que lo suyo,
si bien es conmovedoramente Shakesperiano,
no es para nada épico.
A veces me encuentro con el Gordo,
aprovecha y me recuerda que era buen arquero,
y de River Plate hasta las plumas.
Me pregunta por los muchachos,
y me reprocha por no ir a despedirlo cuando se fue.
Me asegura por enésima vez,
como si yo no supiera,
que solo él eligió que su historia fuese,
como es,
que el camino que tenía que recorrer era ese,
y no otro,
A veces, bastantes veces,
me encuentro con el Gordo y fumamos unos cigarros...
tomamos unos vinos...
hasta que, como siempre,
se pone pesado con sus cuestiones...
entonces lo mando otra vez con su dios,
que es el único que le tiene paciencia.
2 comentarios:
Seguiré pasando por que me gusta...
Gracias por tus amables palabras y mil besos desde mi alma.
Hasta pronto.
Hola, paso a leerte y saludarte
un beso desde esta mañana fría pero soleada de Zaragoza.
Yo también tengo esa manía de corregir, corregir, corregir...hasta el infinito lo que escribo.
Somos autoexigentes ¡eso no está tan mal, hay vicios peores¡
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